Desde que inició su gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador prometió que ayudaría a pagar la deuda de Petróleos Mexicanos (Pemex) para que tuviera “finanzas” y así se volviera “su palanca de desarrollo”.
Para ello, ha despilfarrado el dinero de todos los mexicanos y tirado a la basura miles de millones de pesos en un barril sin fondo, como lo es la deuda que tiene la paraestatal, para ayudar a mantener sus finanzas y así, supuestamente, pudiera producir más barriles de petróleo.
Sin embargo, Pemex está muy lejos de cumplir con sus metas de producción y al mandatario tabasqueño no le interesa llevar a México a la bancarrota con tal de cumplir su capricho de “rescatar la soberanía”.
Sin embargo, esta ideología de la 4T ha traído terribles consecuencias para Pemex.
Inversionistas dejan de confiar en Pemex
Conforme pasan los meses, el deterioro de Pemex es más evidente. Primero perdió el Grado de Inversión en 2020, después vinieron accidentes en varias de sus plataformas petroleras, como la ocurrida en julio de 2021 cuando se registró una ruptura en un gasoducto submarino frente a las costas de Campeche y se registró un incendio submarino.
Siguieron las denuncias internacionales sobre sus emisiones excesivas de metano y en este 2022 colocó deuda a una tasa en dólares que superó el 10.00 por ciento, en medio de accidentes cada vez más frecuentes y catastróficos.
A su vez, inversionistas han dejado de confiar en Pemex y le exigen que haga cambios a la brevedad, reestructure su Plan de Negocios e inicie el cambio hacia una empresa de energía sustentable.
Pemex, la empresa más endeudada del mundo
Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, Pemex mantuvo su Grado de Inversión a pesar de la fuerte caída en el precio del petróleo en 2015 de 90 dólares a 30 dólares por barril, gracias a su enfoque en maximizar utilidades, para lo cuál redujo su gasto en inversión en refinación y lo incrementó en exploración y extracción, así como se abrió para llevar a cabo alianzas estratégicas para incursionar en aguas profundas.
Las cifras son claras, mientras que en extracción siendo muy eficientes el margen de ganancia, ronda el 5 al 6 por ciento, en extracción ese margen puede ser del doble si el precio del crudo supera los 60 dólares por barril, de ahí la estrategia de vender o incluso cerrar las refinerías más viejas de Pemex el sexenio pasado, mismas que hoy siguen operando por debajo del 50 por ciento de su capacidad al no ser instalaciones modernas y eficientes.
La gota que derramó el vaso, fue la colocación de deuda de Pemex en los mercados internacionales hace un mes por mil millones de dólares, por la que tuvo que pagar una tasa de interés de 10.35 por ciento, muy alta si se le compara con el 6.0 por ciento de la petrolera británica BP, el 4.5 por ciento de la danesa Shell o el 3.0 por ciento de Exxon.
Pemex no solo es la empresa petrolera más endeudada del mundo con una deuda que supera los 100 mil millones de dólares, además es muy ineficiente por las pérdidas que le genera la refinación y sobre todo, no se ha comprometido con ser una empresa neutral en emisiones de carbono para 2050.
4T apuesta por generación de energías sucias
Exxon con ingresos por ocho billones de pesos en 2022, cinco veces más que Pemex, tuvo una utilidad cercana al billón de pesos. Tan solo en 2022 y durante los dos últimos años, ha integrado en su Consejo de Administración a líderes ambientalistas que están transformando a la empresa para que cumpla con su objetivo de ser Neutral en Emisiones de Carbono en 2050.
Shell que le vendió Deer Park a Pemex, usa los recursos que obtuvo de la venta de la refinería para construir un parque eólico donde producirá hidrógeno verde para sustituir el hidrógeno gris que hoy produce quemando combustibles fósiles y reducir su huella de carbono.
En cambio, la administración de AMLO construye una refinería en Dos Bocas, Tabasco, con tal de seguir apostando por la generación de energía por medio de la quema de carbón y de combustibles fósiles.
Pemex se quedará sin acreedores muy pronto
Las grandes petroleras del mundo son empresas con altos niveles de deuda, ya que requieren inversiones muy elevadas para llevar a cabo sus procesos de exploración, extracción y refinación del crudo.
Saben muy bien que deben hacer lo que piden los bancos y los grandes fondos de inversión de todo el mundo para que les sigan prestando dinero a tasas competitivas.
Pagar intereses por encima de los demás puede hacer que tengan pérdidas, ya que ninguna empresa en el mundo define el precio del petróleo. La que no es capaz de producir, bajo ciertos parámetros de costos, incluidos los intereses que pagan, terminan quebrando.
Los grandes bancos de todo el mundo ya le avisaron a sus clientes que no van a financiar proyectos contaminantes más allá de 2030.
Si Pemex no se compromete y cumple con ser una empresa neutral en emisiones de carbono en 2050, se quedará sin acreedores muy pronto, como casi le sucede en su última colocación. El mundo está cambiando hacia un mundo menos contaminante y si Pemex quiere que el mundo le siga prestando dinero, deberá adecuarse a las reglas del mundo.
Esta administración lejos de hacer los cambios que se requieren invirtió en refinerías, canceló las posibles alianzas e incrementó las emisiones de metano a la atmósfera. Hizo por ideología todo lo que no debía hacer y ahí están los resultados. Los mercados ya no le quieren prestar dinero y le exigirán que pague los 100 mil millones de dólares que debe.
Con información de El Sol de México