CIUDAD DEL VATICANO.- Unas siamesas que nacieron unidas por el cráneo fueron exitosamente intervenidas en el Hospital Pediátrico del Vaticano en Italia el pasado 5 de junio. Ervina y Prefina son hermanas centroafricanas de dos años que fueron separadas tras una compleja operación que duró 18 horas y convocó a treinta médicos y sanitarios capitaneados por el neurocirujano Carlo Marras, informó La Vanguardia.
A un mes de la complicada intervención realizada en el “Bambino Gesù”, las dos pequeñas continúan en recuperación y el 29 de junio, los galenos y enfermeras les dieron una sorpresa al cumplirse dos años de haber llegado al mundo.
Las siamesas nacieron en la ciudad suroccidental centroafricana de Mbaiki, pero para sorpresa de todos estaban unidas por la parte de la nuca. El hospital capitalino no estaba preparado para un caso tan complejo y las hermanas fueron derivadas al centro que el papa Francisco mandó equipar en Bangui. Allí las conoció la directora del ‘Bambino Gesù’, Mariella Enoc, quien decidió llevarlas a Roma.
Enseguida un equipo de especialistas creado para analizar el caso utilizó tecnología tridimensional para reconstruir el cráneo de las siamesas y solucionar el reto más complicado: la separación no del hueso, sino del sistema venoso que riega la zona y que compartían.
Las pruebas realizadas mostraron que las gemelas en general gozaban de buena salud, pero el corazón de una hermana estaba trabajando más duro para mantener el “equilibrio fisiológico de los órganos de ambos, incluido el cerebro”.
Se optó por proceder en tres fases para reconstruir dos sistemas circulatorios independientes: la primera intervención tuvo lugar en mayo de 2019, un mes después se llevó a cabo la segunda operación y la separación definitiva de las niñas fue el mes pasado. La operación concluyó con éxito y, un mes después, el sistema venoso funciona correctamente. Esto hace de la operación ‘la primera de este tipo en Italia y probablemente la única en el mundo’, agregó.
Las chicas tienen personalidades “distintas”, dijo el hospital, Prefina es vivaz y juguetona con su hermana Ervina más seria y observando en silencio. La madre Ermine expresó su deseo de que sus hijas sean médicas en un futuro para que puedan salvar vidas, como han hecho con ellas.
‘Yo no fui nunca a la escuela, pero espero que mis hijas puedan hacer lo mismo que el resto de niños de su edad y de mayores estudiar y convertirse en médicas’, dijo en una rueda de prensa.
El hospital advirtió que el riesgo de infección aún estaba presente y que las niñas tendrían que usar cascos protectores durante unos meses. Pero los controles postoperatorios mostraron que sus cerebros estaban “intactos”, y agregaron que tendrán la oportunidad de crecer y “llevar una vida normal, como todas las niñas de su edad”.
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