Hay en el gobierno de Veracruz una chica suertuda. Vive los mejores tiempos y vientos de su vida.
Se llama Ailett García. Es abogada egresada de la Universidad Veracruzana y jefa del departamento jurídico de la secretaría de Seguridad Pública.
Soñó con la Fiscalía General primero y luego con la Fiscalía Anticorrupción.
Estuvo en la recta final.
Pero con toda la fuerza del góber bendecido por López Obrador, quizá el nepotismo, el tráfico de influencias y el conflicto de intereses… la tumbaron.
Sabrá el chamán.
Ahora, Cuitláhuac García la propuso de nuevo, pero para magistrada del Tribunal Superior de Justicia.
Segunda oportunidad al diputado guinda y marrón, Juan Javier Gómez Cazarín, titular de la Junta de Coordinación Política de la LXV Legislatura, para quedar bien con el góber y la hermana de la diputada federal, Dorheny García Cayetano.
El góber, firme y decidido a imponer su ley.
El jefe máximo.
El tlatoani.
El gurú.
El mero mero.
El Veracruz “de un solo hombre” y de sus cuates.
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