Kike Bonilla.
Martínez de la Torre, Ver.- La báscula de San Manuel, lugar emblemático de Martínez de la Torre “capital mundial del limón persa”, así es como se le conoces a este municipio, vive su peor momento, y no precisamente por que se haya desplomado el valor de los cítricos, sino por que los trabajadores dicho lugar, están expuestos a la pandemia del COVID-19.
Citricultores, cortadores de limón y naranja, corredores y los famosos “coyotes”, se encuentran en este lugar donde alberga cientos de ciudadanos que buscan el sustento diario para llevar a casa, sin ninguna medida de precaución como lo indica el sector salud.
La economía del municipio se basa en esta actividad, por lo cual es de suma importancia que no decaiga la compra-venta de estos productos, pero para los Martinenses es un riesgo que no lleven ninguna protección en las instalaciones de carga y descarga de los citricos.
El sector salud por parte de la Jurisdicción Sanitaria número cuatro no dice nada al respecto, la convivencia entre los trabajadores se da como si el CORONAVIRUS no existiera, y nadie hace nada al respecto para mitigar un posible contagio entre los cientos de trabajadores que abarrotan a diario el lugar.
La hora donde se concentran el mayor número de trabajadores es entre las 4 y 5 de la mañana que inician sus labores para ir a las parcelas, y su llegada fluctúa después del medio día hasta caer la tarde.
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