Xalapa, Ver.- A pesar del discurso triunfalista que han sostenido desde el arranque de la contienda, en Palacio de Gobierno comienza a gestarse un ambiente de preocupación ante los primeros signos de debilitamiento del partido Morena en municipios clave del estado.
De acuerdo con fuentes cercanas a la administración estatal, la gobernadora Rocío Nahle ha manifestado su molestia por los reportes recientes que muestran un estancamiento en las campañas morenistas, especialmente en zonas estratégicas como Coatepec, Xico, Poza Rica, Coatzacoalcos, San Andrés Tuxtla y Las Choapas.
Los datos más recientes no son alentadores. Diversas encuestas internas apuntan a que los candidatos morenistas han alcanzado su tope de crecimiento, sin que se vislumbre un repunte significativo en los días restantes de campaña. Esta situación, reconocen operadores políticos del partido, ha encendido las alarmas al más alto nivel.
Una meta en riesgo
Desde la dirigencia nacional del partido guinda, la instrucción ha sido contundente: “ganar todo”. El objetivo es repetir la hazaña electoral de ciclos anteriores y pintar de guinda el estado de Veracruz en su totalidad. Sin embargo, la realidad en tierra está comenzando a contradecir los pronósticos optimistas.
Los factores que han complicado el escenario incluyen errores de campaña, desgaste de figuras locales y un evidente hartazgo social. En algunos municipios, la ciudadanía ha mostrado una actitud más crítica frente a los abanderados de Morena, lo que ha sido aprovechado por las fuerzas opositoras que, poco a poco, han comenzado a recuperar terreno.
Riesgo para el liderazgo de Nahle
Para la gobernadora Rocío Nahle, esta situación trasciende el terreno electoral. No cumplir con la meta impuesta desde el centro del país representaría una fractura en su liderazgo político y una pérdida de credibilidad dentro y fuera del estado. El compromiso de entregar un triunfo contundente parece cada vez más comprometido, y algunos actores ya vislumbran un posible tropezón electoral de gran calado para Morena en Veracruz.
Mientras tanto, en el plano local, el ánimo entre militantes y operadores de Morena es de tensión e incertidumbre. La maquinaria electoral, que en otros momentos funcionó con eficacia, hoy enfrenta obstáculos tanto externos como internos: divisiones, falta de coordinación y una oposición que ha sabido leer el descontento popular.
Con el cierre de campaña en el horizonte, el panorama en Veracruz podría representar el primer gran revés para Morena en este proceso electoral. Lo que parecía una victoria asegurada, hoy se percibe como una contienda abierta, donde cada voto contará más que nunca.
Fuente: Grupo Es Noticia