Por Ángel Álvaro Peña
Remes tiene en las mujeres el enemigo a vencer desde hace muchos años. Su discurso que divulgó en un video con motivo del Día Internacional de la Mujer, lo hunde más en la violencia que practica contra ellas.
Dice en el video que reconoce y admira a todas las mujeres, aunque en ese grupo no estén ni sus paisanas a las que manda literalmente “A la chingada”, sus subordinadas a las que explota en horarios extensos, que regaña como si fuesen animales, que obliga a favores sexuales, a las que condiciona para ascenderlas de puesto, etc.
La conducta de Remes con los hombres con los que trabaja es muy diferente, tal vez por temor a ser agredido como se merece, pero se trata de un agresor como jefe, como compañero, como autoridad que debería poner el ejemplo. Provocando que el resto de los hombres también maltraten a sus compañeras sin temor a ser sancionados.
Eso es en cuanto al función pública que lo pinta de cuerpo entero como un degenerado y un agresor de mujeres, ya que son muchas las quejas que tiene por acoso dentro y fuera de su oficina.
Muestras de ello hay muchas y recientemente debió ofrecer disculpas públicas a la segunda regidora María Fernanda Pérez Salas, contra quien cometió violencia política en razón de género, por haberle tocado la pierna el pasado 31 de mayo.
Tema que quiso minimizar el alcalde, hasta que fue forzado a ofrecer disculpas ante un acto que realizó frente a decenas de personas y ante los medios.
Todavía está en la memoria cuando Remes se metió a la fila de votación haciendo a un lado a las personas que estaban formadas anteriormente, argumentando que él era una persona de la tercera edad y que tenía derecho a ser atendido antes.
La mujer para Remes ni siquiera llega a ser un objeto sino un enemigo a vencer, a la que debe maltratarse para demostrar la superioridad del macho.
En el video promocional señala: “Tienen la iniciativa de reordenar el crecimiento del país en zonas en las que tradicionalmente han sido relegadas del progreso como es la zona norte de nuestro estado”.
Pero no considera a las mujeres de su propia familia, como es el caso de su hija Lilia Fernanda Remes Oropeza, a quien hizo cambiar de residencia de Pachuca a Poza Rica con toda su familia, para que lo apoyara en la campaña, y creara un patronato en favor de su candidatura, y fortaleciera el DIF municipal, para que luego de triunfar en las urnas les cerrara las puertas de la administración pública y se vieran obligados a regresar al lugar de donde vinieron.
Si se trata de una mujer para Fernando Remes, ninguna consideración es válida, aunque sea parte de su familia, aunque se trate de su propia hija, quien por cierto es una de las personas que más resentimientos guarda contra el alcalde de esa localidad.
Según Remes honra a las mujeres que trabajan en busca del bien, de la libertad, pero en la vida privada las golpea físicamente, como sucede con una de sus esposas de nombre Ángela con quien tiene tres hijos. A quien le arrebató uno de ellos, de 11 años, y a quien mantiene prácticamente secuestrado en su casa, con extrema vigilancia, como muestra de que sólo los varones pueden ser dignos de estar cerca de él.
Porque en esta familia tiene también dos niñas, de 5 y 6 años, a las que niega todo tipo de apoyo económico, a pesar de que la madre de estos niños ha asistido, desesperada, a la presidencia municipal a reclamar sus derechos, la niega y amenaza por exigir lo que a sus hijos corresponde por derecho.
Con la bandera de que es amigo del Presidente de la República considera que puede alcanzar la impunidad en todos los sentidos, y termina por desgastar a su amigo de Palacio Nacional, quien seguramente al conocer este tipo de delitos, por lo menos debería retirarle la protección de la que parece gozar.
A Remes tampoco le interesa dañar a su partido, Morena, que no deja de ser afectado ante la conducta enferma de uno de sus mejor pagados presidentes municipales del país.
Ante esta actitud misógina, prácticamente delincuencial nadie hace nada por la justicia, a pesar de que hay menores de edad de por medio.
La demagogia con la que siempre actúa, intenta ocultar su verdadera patología contra las mujeres, porque en el Día Internacional de la Mujer, se atrevió a afirmar: “Reconozco diariamente la fortaleza y capacidad de todas las mujeres, estoy rodeado de compañeras inteligentes con voluntad para transformar a Poza Rica. Capaces de logros que superan la imaginación, dignas de respeto y admiración”.
En realidad, se trata de un auténtico delincuente que no puede menos que ser retirado del cargo y ser sancionado y obligado a cumplir con las responsabilidades que marca la ley.
El respeto que Fernando Remes dice tener a la mujer no sólo es falso sino una máscara para seguir escondiendo ser un delincuente que maltrata mujeres y quiere seguir gozando de privilegios, cuando debería estar en la cárcel.
La figura de deportista ejemplar que lo llevó no sólo a la fama sino a la presidencia municipal desapareció con la perversidad de su personalidad hasta convertirlo en un verdadero enemigo de la sociedad.
La lucha de las mujeres por su independencia y seguridad tienen en Fernando Remes un enemigo a quien debe ponerle un alto alguien para evitar que siga agrediendo mujeres y sacrificando menores de edad amparado en su cargo y sus amistades.
PEGA Y CORRE
El Noveno Tribunal Colegiado en Materia Administrativa ordenó restituir al parásito Edmundo Jacobo Molina como titular de la Secretaría Ejecutiva del INE, donde es prácticamente un aviador desde hace 15 años. Cobra sin trabajar y trabaja en favor de los partidos políticos favoritos. Los jueces siguen dando de qué hablar en México.
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