MITOS Y OTROS CUENTOS
POR: MTRO. JESÚS ARAUJO LÓPEZ
Y nuestra tradición del Niño Perdido,
ilusión: que la sabiduría ilumine al mundo;
y en las casas, en las cercas,
en las bardas, en cada banqueta,
como estrellas en el cielo,
o cocuyos en la noche,
velas que iluminan,
por millones nuestro pueblo.
Y los niños, de cajas de zapatos jalan sus carritos,
Carrito verde con velita el día del niño perdido en Tuxpan
con sus puertas y sus ventanitas,
encendidas sus fantasías y sus velitas,
y no lo olvides tuxpeño:
donde estés, con orgullo comparte,
diciembre siete, tarde-noche,
siempre a las siete.
Carlos Lozano
El día siete de diciembre conmemoramos el día del niño perdido, este día conforme de acuerdo con la tradición de nuestra región corresponde a la ocasión en que Jesús a la edad de 12 años se perdió, por lo que sus padres llenos de angustia emprendieron su búsqueda, encontrándolo en el templo en medio de los doctores de la ley escuchándolos y haciéndoles preguntas, según el evangelio de San Lucas.
Este 7 de diciembre al ocaso prendemos velas al frente de nuestras casas iluminando el camino de José y María para que encuentren a su hijo, y a la vez iluminamos el camino de Jesús para que encuentre a sus padres, en los años de 1915-1920 los párrocos de la Iglesia de la Asunción en Tuxpan, Veracruz donde surge esta tradición al pedir que cada uno de los feligreses buscaran a Jesús en sus corazones a través de una vela o de una veladora encendiéndola en sus casas, en una ventana o en la misma calle, siempre con la oración hacia el Niño Dios, suplicándole por nuestras necesidades y muy especialmente para encontrarnos con Dios.
En este día reina el espíritu de paz, de reflexión para encontrarnos con el Niño Dios y reencontrarnos con el niño que llevamos dentro y que tal vez hace mucho no vemos, y que seguro estoy, ese niño haría que cada día fuéramos mejores. También en este día la contemplación se lleva a cabo debido a que caemos en un ensimismamiento al contemplar la luz de las velas que encendimos, ese es un momento en que nuestra alma está en contacto con Dios y donde la oración es más efectiva.
Las calles de los lugares donde conservamos y promovemos esta tradición se ven iluminadas con miles de velas y el espectáculo es simplemente magnífico, siempre con la participación de las familias, los estudiantes y todos los que en su vida llevan todavía esa luz de esperanza en sus corazones, velas que no tiene hora para extinguirse, como nosotros no tenemos marcada nuestra hora.
Mención a parte y muy destacada merece la celebración de este día en el “Puerto de los bellos atardeceres”, ya que “ilumina al mundo”, se disipa la oscuridad por las miles de velas que se encienden para iluminar el camino de Jesús; en este día parte de la tradición tuxpeña es que los niños jalen su carrito con una vela, carrito que puede ser de cualquier tipo aunque al parecer si es hecha con una caja y confeccionado por el niño que lo jalará y su familia es mejor ya así se fortalecen los lazos de unión familiares; y en la escultura del niño perdido se reúne un sin número de personas y recuerdan mediante una oración a nuestro Niño Dios.
Debes estar conectado para publicar un comentario Login