Xalapa, Ver.- Los mecanismos de protección para periodistas en México han sido insuficientes y ello se suma a las debilidades previas del gremio, coincidieron en señalar los participantes en el conversatorio entre sociedad civil, periodistas y academia del Foro “Desafíos ante la violencia y por la seguridad de periodistas en tiempos de pandemia”.
El evento, organizado por la “Red por la libertad de expresión contra la violencia a comunicadores” y la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), contó con la moderación de Celia del Palacio Montiel, investigadora del Centro de Estudios de la Cultura y la Comunicación (CECC) de la Universidad Veracruzana (UV).
Con la temática “Estrategias de protección y resiliencia para periodistas” participó Patricia Mayorga, cofundadora de la Red Libre Periodismo en Chihuahua, corresponsal del semanario Proceso y Premio Internacional de Libertad de Prensa 2017.
“Se nos ha enseñado que en el periodismo uno no importa, lo que importa es la nota, no hay un enfoque de fortalecimiento integral a la protección a periodistas, no hay algo que haga conexión para establecer una comunicación entre nosotros mismos”, sostuvo.
Remarcó que los periodistas generalmente no son apoyados por las empresas y entre aquellos desplazados no existe un acompañamiento integral para saber qué es lo que está pasando con ellos, y algo que es primordial es proveerles un retorno seguro a su lugar de origen.
“En mi experiencia hay una falta de organización, cuando salgo del país y regreso, debo de retomar la protección porque no existe un expediente”, agregó.
No obstante a que hay organizaciones que la han acompañado, “da cierta impotencia que no haya opciones de un trabajo digno para los periodistas y sobre todo porque las instituciones no han reconocido el desplazamiento forzado como tal”.
Rogelio Flores Morales, profesor e investigador de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y responsable del proyecto “Bienestar psicológico en periodistas y defensores de derechos humanos”, acotó que desde el campo de la psicología esta cuestión es un contrasentido.
“Considero que la resiliencia es enfrentar situaciones adversas y sin estas condiciones no tendría cabida; es decir, si se eliminan estas condiciones estaríamos hablando de otro constructo, de procesos de adaptación. Por ejemplo, no podemos pensar que quitando las adversidades encontraremos la resiliencia, ambas son complementarias”, explicó.
“Hay que eliminar los obstáculos pero no porque obstaculicen la resiliencia, sino porque obstaculizan la libertad de expresión y la transparencia”, advirtió.
Recordó también que los periodistas han vivido momentos en condiciones peores, considerando el ejercicio periodístico a lo largo de la historia, y ejemplificó con la cobertura de la prensa a la Revolución Mexicana.
Con relación a los mecanismos de protección, señaló que “existen muchas deficiencias y no se implementan medidas preventivas o instrumentos que permitan identificas situaciones de riesgo, por mínimas que parezcan”.
Gerardo Albarrán de Alba, periodista, premio del PEN Club 2018 y miembro del Consejo Consultivo del Mecanismo de Protección Integral de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas de la Ciudad de México, explicó que en la historia de México son 125 años de explotación laboral de los periodistas, “un gremio que lucha por su profesionalización en un ambiente históricamente adverso”.
El control de los periódicos comenzó con la presidencia de Porfirio Díaz, quien dio 50 mil pesos en oro para fundar el periódico El Imparcial y desde entonces se ha ejercido el control en los medios impresos.
“Lo que está amenazado es el país y la democracia misma bajo ataque, los periodistas requerimos de una protección especial porque somos el instrumento de una sociedad bien informada. Se ha dicho hasta el cansancio, sin periodismo no hay democracia”, precisó.
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